Las cartas del tarot han sido empleadas durante siglos como instrumento de adivinación y aunque su verdadero origen es un tanto difuso, los ocultistas instruidos en estas prácticas apuntan a que la palabra Tarot tendría un origen Egipcio y significaría “camino real”
Los expertos en la materia también estudian la posibilidad de que las cartas del tarot no siempre hayan sido naipes, y que en sus orígenes formaran parte de un libro sagrado que instruía sobre las fuerzas ocultas que rigen nuestra realidad, y que por ello únicamente las personas que alcanzasen cierto nivel de sabiduría debían de ser conocedoras de este secreto.
La baraja de Tarot tal y como se presenta en la actualidad data del SXV y en un principio no formaban parte de la instrumentación para leer el futuro, si no que se trataba de un juego de cartas convencional con ilustraciones pintadas cuyo significado no trascendía más allá del papel o cartulina en la que estaban impresas.
Este juego era conocido como Tarocchi y de ese término proviene la evolución etimológica del Tarot, pero no fue hasta el S XVIII cuando estas cartas adquirieron connotaciones esotéricas y fueron introducidas oficialmente en Europa como instrumento de adivinación, lo que favoreció la diversificación de las ilustraciones y diseños que se mantienen en la actualidad, tales como el Tarot de Marsella, el Tarot de Oswald Wirth, el de Wilde, Crowley, etc. Estos son algunos de los más famosos y utilizados a lo largo del tiempo pero existen muchas variantes de la baraja del tarot como El Tarot Egipcio, el Tarot Gitano, El Tarot del Amor, de Papus, Cábala, Celta, etc
Las variaciones introducidas en la baraja depende del especialista, tarotista, ocultista o mago que la diseñó y su simbología expresa se diferencia en algunos detalles entre una baraja y otra sin cambiar esencialmente su significado. La utilización de un mazo de cartas u otro depende de la interpretación del tarotista o su sensibilidad a la proyección de las cartas del tarot y esta preferencia no altera los resultados de la lectura.
Para iniciarse en el aprendizaje del tarot los expertos recomiendan comenzar con el Tarot de Marsella, que es considerado como el “ortodoxo” entre los ocultistas y videntes, pudiéndose emplear otras modalidades una vez que se halla dominado a la perfección la lectura e interpretación de los arcanos mayores y menores en las tiradas principales y sus variantes.
¿Cómo se compone la tirada de las cartas del tarot?
La baraja de tarot completa se compone en total de setenta y ocho cartas que se clasifican en veintidós arcanos mayores y cincuenta y seis arcanos menores, pudiéndose emplear sólo los arcanos mayores en determinadas lecturas, ambos mazos, o sólo los menores para lecturas muy concretas.
Los principiantes en emplear las cartas del tarot utilizan únicamente los arcanos mayores en su lectura, pudiéndose ampliar posteriormente con los arcanos menores, pero en un principio resulta conveniente estudiar concienzudamente el significado de las veintidós cartas mayores para evitar dispersiones o errores en los resultados si no se domina bien la técnica.
Cada carta del tarot tiene su significado expreso que puede variar en combinación o conjunción con otros arcanos y dependiendo también de la posición en la que salga, pues algunos tarotistas utilizan cartas invertidas en la tirada mezclándolas concienzudamente para obtener esos resultados, mientras que otros optan por no utilizar cartas invertidas y las mezclan en un sólo sentido omitiendo esa interpretación.
Las cartas invertidas no alteran el significado del arcano, pero en la mayoría de los casos se le atribuyen connotaciones negativas y se entiende como que las fuerzas o influjo de la carta actuarán en contra del consultante, tan sólo las cartas cuyo significado es esencialmente negativo suavizan su contexto con una lectura invertida.
El tiempo de actuación de cada carta también cambia dependiendo de su posición en la tirada y puede variar bajo la influencia de otros arcanos mayores o en combinación de los arcanos menores, pudiéndose conocer casi con exactitud los plazos de tiempo en los que se producirán los acontecimientos vaticinados por las cartas.
En cuanto a las tiradas de las cartas del tarot, existen infinidad de variantes para utilizar como tirada general o para lecturas concretas, e igualmente dependerá de la experiencia y preferencias del tarotista a la hora de emplear uno u otro método, aunque también influye el tipo de consulta a realizar, pues unas tiradas son mejores que otras a la hora de interpretar preguntas cerradas en las que se requiera una respuesta afirmativa o negativa.
La tirada de la Cruz Celta es quizás la más empleada a nivel general tanto por tarotistas principiantes como por experimentados, porque permite conocer la situación general del consultante y la resolución del conflicto en un futuro inmediato. Para ponerla en práctica se pueden utilizar sólo los arcanos mayores o el mazo completo de cartas del tarot.